TOLEDO

Encaramada a una colina sobre el río Tajo, Toledo es un enorme museo al aire libre.

ENTENDER TOLEDO

Los romanos fundaron Toletum por el alto valor estratégico del lugar, una elevada colina acostada en el margen derecho del río Tajo. Durante la época visigótica y musulmana fue el mayor centro cultural y de estudios del centro de España e incluso fue, brevemente, la sede de la corte, allá por el siglo XVI. Capital religiosa del país durante siglos, Toledo es una imponente ciudad de trazado medieval cuyo enorme casco antiguo conserva el legado de tres culturas, repartido entre iglesias, mezquitas y sinagogas. Una visita imprescindible para todo aquel que se encuentre por el centro del país, ya que está a tan solo una hora de Madrid.

¿QUÉ HACER?

Lo mejor de Toledo es caminar por sus calles, perderse entre los callejones de su trazado medieval y deambular por sus cuestas sin llevar un rumbo fijo. Disfruta de la atmósfera arcaica de sus calles adoquinadas, las enormes puertas de madera, las iglesias y los edificos históricos que aparecen a cada paso.

Otro de los atractivos es seguir la pista de El Greco, que vivió en Toledo durante gran parte de su vida y dejo en la ciudad obras maestras de la pintura como El entierro del conde Orgaz o El expolio.

Esta última se encuentra en la sacristía de la catedral de Santa María, un enorme templo de cinco naves y estilo gótico que durante siglos fue la catedral primada de España, la sede religiosa más importante del país. El sobrio Alcázar es el otro edificio dominante de la ciudad, en lo alto de la colina sobre la que se asienta Toledo.

En Toledo es famoso el acero: aquí podrás encontrar multitud de tiendas donde te puedes llevar de recuerdo una buena espada medieval, si es que te cabe en el equipaje.

Antes de dejar la ciudad, conviene asomarse a alguno de los miradores situados en las afueras, que ofrecen maravillosas puestas de sol de toda la colina, fundiendo los colores de la tarde sobre la piedra de Toledo y el río Tajo; el más famoso es el Mirador del Valle.